viernes, agosto 24, 2007

La Divina Oquedad 86: "La Elección (II)" - Rodrigo Terranova

14 comentarios:

Anónimo dijo...

Gerardo Martín Blanco, Ctes.
¿Vos todavía vas? Yo dejé la "sana costumbre democrática" hace rato, cuando de siete partidos en pugna, seis tenían en algún lugar de la lista sábana a algún Romero, ya sea Feris o a secas. Y sí, estamos del mismo lado, como decías en los commentarios de Max. Ídem con lo del abrazo.

Anónimo dijo...

Che, es medio embolante esto de consignar mi gracia en cada mensaje. Yo, que aspiro a ser reconocido por mi estilo... Creo que lo del anonimato tampoco está tan mal. Reitero abrazo.

Anónimo dijo...

Esta historieta es una mierda, le falta un robot que tire rayos por los ojos.

Clarita dijo...

... qué bueno lo que estabas escuchando, Rodrigo.

Anónimo dijo...

será que tenemos los políticos que nos merecemos?

TiTo A. dijo...

Antes los porteños viajábamos al interior y nos asqueábamos de los Rodriguez Saa, los Romero o los Saadi...
Ahora que lo tenemos a Mauricio, ni siquiera podemos sentirmos superiores a los provincianos por "saber votar".

Anónimo dijo...

Una pregunta: ¿vos salás la carne antes de ponerla en el fuego? Si encima preparás el fuego con boletas electorales te va a quedar medio medio

Rodrigo Terranova dijo...

Hice un asado de cerdo que quedó muy bueno, y una tapa de asado que resultó dura. Las costillas estaban OK. Sí, salo la carne antes... ¿se sala sobre la parrilla? ¿Al dar vuelta la carne?
Rafa, contestá, mi hombría está en juego.

Anónimo dijo...

Caballero Rodrigo: Jamás pondría en duda su hombría. Para mí hay que salarlo al darlo vuelta. Sino pierde mucho jugo. Espero que esto no genere un debate sangriento como en la historieta de Max.

Aunque para mí, desde que no se publica “El Conventillo de Don Nicola”, la historieta argentina no tiene arreglo. :-)

Rodrigo Terranova dijo...

Lo tendré en cuenta para el próximo asado, Rafa. Gracias por el dato.

Anónimo dijo...

el papel de las boletas se me hace q es tóxico

Anónimo dijo...

la democracia está agónica

kili kili dijo...

Con el tema de salar la carne, tengo una tensión insoluble. Creo que es lo mejor al dar vuelta, pero si al vacío le pongo desde el principio media tonelada de sal gruesa, queda una costra buenísima.
Ah, la democracia: salar o no salar...

Y a mí me gustan los anónimos. Pierden algunos privilegios de la personalidad, pero son ellos quienes lo sufren si es que lo sufren.

Max Aguirre dijo...

Salar la carne, lo que acota el Proctólogo Reggiani es cierto, la sal gruesa genera una costrita maravillosa y rica, muy mala para la salud pero inmejorable para el paladar.

Sin embargo, una recomendación extractada del "Manual Aguirre de como quemar vacunos, ovinos y porcinos" Edic. Un aplauso, colección Asador.

La salmuera es maravillosa, dora la carne, colabora en su cocción y la misma no se pasa de sal nunca ya que al estar disuelta en un medio líquido, hace que la carne expulse el excedente.