sábado, marzo 24, 2007

Los resortes simbólicos - Capítulo 62 - Max Aguirre



20 comentarios:

Geb dijo...

Hiciste un buen uso del día que te toca postear...
Pasé hace no mucho por la zona militar del Palomar y sigue siendo tétrica...

Márian dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Anónimo dijo...

Mierda! La verdad que genial la manera de tocar el tema.
Todo transmite como un escalofrio aterrador.

Jorge Gainsbourg dijo...

muy bien max...no caiste en los recursos ya gastados sobre el tema.
A mi me pasaba lo mismo cuando vivia en zarate y pasaba por el arsenal...es una tension fantasmal.
esos segundos pasando adelante de los paredones eran tetricos

Anónimo dijo...

YO VIVO AL LADO DE PALOMAR,
Y ESE ES EL COLEGIO MILITAR!
LA RUTA ESA POR DONDE PASO TODOS LOS DIAS MAS O MENOS!
BESOO :)

kili kili dijo...

Esa sensación era impresionante. Mis viejos tenían pánico de que se les parara el auto en un tramo de camino lindero a un cuartel. (A un amigo de mi viejo lo habían baleado). Y se transmitía. Creo que es la más clara imágen de vivir en un estado de terror, aún para gente sin militancia y sin mayores riesgos de ser atrapada de manera directa por el terrorismo de Estado.
Me llevaste a los 7 años, Max.

Anónimo dijo...

que ternura me produce ese niño... por Dios !!!!

Fabian Zalazar dijo...

Yo creo que esto ya lo dije, pero fuí tan feliz en mi niñez setentista que luego cuando entrando en los ochenta empecé a ver la verdad, sentí culpa de haber sido tan feliz... pero era tan niño.

SSSergio dijo...

un aplauso de pie max....
buenisima entrega, gracias por ser la voz de muchos.
nada mas

Juampa Camarda._ dijo...

max un groso... me gusto mucho como trataste el tema...

si podes pasate a ver mi aporte al dia... en mi blog

saludos y siga asi.

juampa

Angel Mosquito dijo...

Muy bien, Max, en mi caso pasaba exactamente lo mismo, salvo que yo no tengo recuerdos tan claros.

Anónimo dijo...

que bueno que el 24 de marzo no pase desapercibido.

Ningun lugar mejor que este para evocar el recuerdo del compañero Hector German Oesterheld.

NI OLVIDO NI PERDÓN.MEMORIA Y JUSTICIA.

Anónimo dijo...

Lograste transmitir perfectamente ese sentimiento. Yo tengo tu misma edad y el mismo recuerdo.
Ese cartel que decia "el centinela abrira fuego" o algo asi daba panico. Pensar que se podia parar el auto me helaba la sangre.
Gracias a Dios pasabamos por ahi muy poco.
Felicitaciones por el talento.

Anónimo dijo...

Siento una completa identificación con esa sensación, la conozco en carne propia.

A★ dijo...

Arriba Juan, arriba Juan, vamos a la escuela, oh no mamá me duele la muela...

La canción también llegó a los 80.

Aunque cuando nací todavía eran epocas oscuras, mis primeros recuerdos lo tienen a Alfonsín dibujado en el cuaderno de 1º grado, igual esto me hizo recordar de cuando pasabamos por el regimiento (en Posadas) y había un cartel grande que decia "Identifiquese, detengase y prenda las luces internas del auto", y yo le preguntaba a mi papá porque estaba decía eso y sin embargo nadie lo hacía. El cartel está todavía.


PD: feliz cumpleaños, justo el viernes estaba ojeando el libro y vi la del año pasado.

Anónimo dijo...

en el `77 yo también vívía en hurlingham, y recuerdo lo mismo que vos cuando cruzábamos el palomar de noche, con una diferencia que seguramente los jóvenes lectores van a criticar: me encantaba, me parecía terriblemente exitante... no tenía ni idea del trasfondo socio-político, yo me sentía como adentro de un capítulo de Combate... todos esos soldados con armas, la tensión de mi viejo cuando cruzábamos los controles. Recuerdo que a veces, cuando pasábamos frente a una comisaría camino a Morón, deseaba presenciar un tiroteo, lo deseaba sinceramente como niño.

Anónimo dijo...

Gran entrega... de chico, pasaba por la "zona militar" cercana a Mar del Plata y no podía evitar pensar qué pasaría si el auto se detenía -se rompía- justo justo ahí... (Luis)

Anónimo dijo...

Bravo! Me gustó la forma en que encaraste el tema, entre terrorífica y poética, me puso la piel de gallina.

Ah! Feliz cumple!

Anónimo dijo...

Los recuerdos de la niñez, por más cruentos que sean, suelen conservar ese encanto ingenuo que nos hace sentir viejos.

Aprendimos el truco del mago que saca la paloma de su galera.

Los dolores viejos, de niñez ingenua nos desnudan frente al espejo que dice que queda poco hilo en el carretel de la capacidad de sorpresa.

Melancólico, reflexivo, profundo y técnicamente impecable.

Anónimo dijo...

Los recuerdos de la niñez, por más cruentos que sean, suelen conservar ese encanto ingenuo que nos hace sentir viejos.

Aprendimos el truco del mago que saca la paloma de su galera.

Los dolores viejos, de niñez ingenua nos desnudan frente al espejo que dice que queda poco hilo en el carretel de la capacidad de sorpresa.

Melancólico, reflexivo, profundo y técnicamente impecable.